Corren ríos bajo mis pies, se deslizan callados, sigilosos. Tienen miedo de mi, de ellos, de todos.
Una vez, tiempo atrás, fluyeron en la superficie. Cristalinos, llenos de vida, cubiertos de lirios y peces.
Recuerdo que en sus aguas ahogue mis penas. Bebí de ellos, sacie mi sed y alimente mi semilla.
Hoy los busco como ayer, pero se han ido. Un día, cansados de la explotación, se marcharon.
Ahora las semillas no germinan y los peces son historia. Temerosos, escaparon para no ser aniquilandos.
Dejaron de darnos vida, fallecimos lento sin notarlo. Solo su eco se escucha en la oscuridad.
Una oscuridad que lo cubre todo, que lo aniquila y ahoga. Hoy, hoy vivimos en tinieblas.
Ana E. Hinojosa
Espíritu de escritor, alma poeta.