Todo parte del amor

Quiero compartir con ustedes lo que encontré mientras buscaba.
Tenía una duda constante
que aun tratando de ignorarla
siempre a mi mente regresaba.
De dónde nace la poesía?
la de todos,
la que no discrimina,
la poesía que no firma contratos ni es exclusiva.
Y aunque ruegue por almas apasionadas,
es tan bondadosa que aún a sus adeptos les habla.
Mi curiosidad hacia ella siempre había sido,
De dónde nace?
De dónde vino?
Con libreta en mano me puse en marcha,
tratando de descubrir tan anhelado secreto.
De pronto un indicio de respuesta apareció en el cielo,
presté atención y vi al sol descender muy lento,
dando paso a una lluvia de luz de estrellas.
Que maravillosa hermosura!
Que embriagante despliegue de belleza!
Tal vez ahí nace la poesía
pensé en ese momento.
Mi asombro me rebasaba,
mientras una pareja de ancianos
disfrutando de un paseo
como loca o chiflada me miraban.
Los vi apresurar el paso,
dejando tras ellos huellas
que suplicaban ser seguidas.
No tenía duda,
era el camino hacía la poesía.
De pronto,
una gran ola borró el sendero,
trajo el agua hasta mis pies,
y sentí como me hundía en la arena y la desesperación mientras cientos de gaviotas en el cielo se reían de mi descontento.
Parecía que sabían el secreto.
En ese instante mi consciencia otra vez.
Acaso no lo ves! Estas ciega o no quieres verlo!
Es el inmenso mar
en su cofre de lamentos quien posee el tesoro que andas tu siguiendo.
Estaba tan confundida,
no quería equivocarme,
todo aquel panorama era alucinante.
Decidí marcharme.
Camino a casa recorría la calle pensativa,
casi rendida.
Cuando de pronto un chiquillo salió corriendo de la nada,
sostenía unos globos de colores
Y él felíz y presumido
como si llevase un puñado de esmeraldas.
Su madre venía tras él,
vigilaba su paso,
mas no lo veía,
lo contemplaba,
como si mirara un angel del cielo bajando.
Créanme! Yo lo vi!
Puedo jurarles que por sus ojos salían gotas de poesía.
En ese instante todos desaparecieron,
se perdieron en el horizonte.
Al igual que el sol, que el mar y sus olas,
al igual que las estrellas y la risa de las gaviotas.
Y claramente pude escuchar que gritaban mi nombre,
todos ellos desde el horizonte me gritaron,
Era casi una canción lo que entonaban.
No busques mas -dijeron
Lo que buscas lo llevas dentro
en todo lo que ves y lo que tocas
en todo lo valioso que a tu corazón provoca.
Se llama amor lo que andas tu buscando.
Y desde entonces,
desde aquél entonces deje de buscarlo.

Ana E. Hinojosa
Espíritu de escritor, alma de poeta.

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