Esta por terminar el día y aun tengo muchas de mis labores sin terminar.
He tratado de concentrarme y manejar mi tiempo, pero a sido otra tarea no resuelta.
Ni siquiera aquí en lo callado de mis letras quisiera confesarlo. Pero ya no puedo mas.
Este deseó impropio me esta quemando. Sentada, recostada o caminando.
El solo rose de mi prenda íntima me altera, me enciende aún mas y me desconcentra.
No se trata de un deseo mental, no estoy fantaseando con tu delicioso cuerpo.
En esta ocasión es mi cuerpo quien te pide a gritos, es mi intimidad quien ruega por la tuya.
Ya intente distraer mi mente componiendo un poco. Y terminé escribiendo de mis fantasías y antojos.
No encuentro sosiego. Éste calor me invade el cuerpo, aunque luche contra él mi pensamiento.
Otra marca en él bendito calendario, otro día mas que mo te tengo.
Por lo pronto debo apagar yo sola este fuego, o la necesidad de tenerte robara todo mi pensamiento.
En la soledad de la regadera, el agua me recorre lento. Y mis pechos responden al frío como responderían a tus tibios besos.
Con mis manos acarició cada rincón húmedo y tibio, mientras cierro mis ojos e imagino que te tengo.
No nesecito mucho, mí feminidad esta al borde del delirio, con un suave roce y la sensación de que te poseo.
Alcanzo el clímax y lo contengo lo mas que puedo. Quisiera vivir en este estado perpetuo.
Alcancé con mis dedos los labios del cielo, me beso soberbio.
Delicioso mi pecado. Auto impuesto mi tormento.
Ana E. Hinojosa
Espíritu de escritor, alma de poeta.
Ana E. Hinojosa 