Cuando la luz se oculta lento al ritmo de una oda al silencio, lo más vergonzoso de mi pensamiento sale de entre la penumbra de mi conciencia.
Y estúpidamente me atrevo a cuestionar tu obra, la sagrada, la perfecta, la bendita, a la cual como música perfecta no le sobra ni le falta una sola nota.
Y yo, siendo apenas una partícula en el universo pienso que puedo descubrir algo, me andentro en tus leyes y mandatos y nada me queda claro.
Cada noche es lo mismo, cada vez que lo pienso término vencida por el sueño, y a la mañana siguiente ni siquiera recuerdo que había en mi pensamiento.
Ana E. Hinojosa
Espìritu de escritor, alma de poeta.